Escuchar a tu casa o escuchar a tu cuerpo puede parecer algo muy distinto pero tiene más en común de lo que puedas imaginarte. Autoconocimiento, toma de consciencia de qué ocurre fuera de nosotros para saber qué ocurre dentro. Todo está relacionado. Y aunque a veces no lo buscamos, la vida nos empuja por el camino correcto. Para mostraste un ejemplo real tenemos hoy a una invitada que tuvo una vivencia transformadora relacionada con los efectos negativos de habitar en un espacio de alquiler con mobiliario y decoración muy disfuncional.
Nuria Gallego, del blog laescritoradetuvida, es experta en escuchar al cuerpo y aprender del dolor; y ayuda a otras personas a buscar estrategias para transformar todo aquello que te gustaría que fuera diferente. Un día descubrió algo que no se imaginó en un principio: que su relación de pareja estaba igual de descuidada que su casa. Y nos explica los cambios internos y externos que realizó y como gracias a ellos, ha logrado vivir con más armonía.
Esta ha sido su experiencia:
Tras un año viviendo en una ciudad del extrarradio de Barcelona, mi pareja y yo decidimos mudarnos a Sant Celoni, un pueblo entre montañas.
Nos gusta la naturaleza y queríamos tenerla cerca.
La suerte hizo que encontráramos casa el primer día que fuimos a visitar la zona.
Nos enamoramos de un piso grande y luminoso con un gran ventanal encarado al Montseny y un balcón orientado hacia el Montnegre, los dos parques naturales que rodean el pueblo.
Una de nuestras prioridades era tener buenas vistas. Y las conseguimos.
En aquella época, no sabíamos cuánto íbamos a estar en él, por lo que nos parecía bien que estuviera amueblado.
Pero había varios problemas en la casa:
- Tenía demasiados muebles. Muchos y muy antiguos. Eran del tipo que tu abuela tendría en su casa.
- Todas las habitaciones tenían cama, armario y cómoda ocupando todo el espacio. Y el comedor tenía el típico mueble-bar con estanterías y espacio para el televisor.
- La pintura de las paredes era de un gusto bastante dudoso. Una de las habitaciones dobles era naranja chillón y la pequeña combinaba el amarillo con el verde fosforito. El resto seguían con una tónica similar.
Por aquel entonces, decidimos ahorrar y lo dejamos todo como estaba.
Los primeros 4 años allí estuvimos bastante bien, aunque mi pareja y yo teníamos bastantes discusiones.
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En el 2014, iniciamos una profunda crisis que no terminó hasta un año después.
Durante 12 meses, tuvimos grandes discusiones cada fin de semana (que era cuando más tiempo pasábamos juntos) y no hacían más que aumentar en intensidad y gritos.
Pasamos mucho tiempo sin encontrar una salida a aquella situación y haciéndonos mucho daño.
Hasta que una breve separación nos aportó algo de luz.
Esa vivencia tambaleó nuestros cimientos individuales y de pareja de tal forma que, ambos, salimos renovados de la experiencia.
Y esa transformación la aplicamos al entorno.
3 Pilares para sentir armonía en ti a través del autoconocimiento
Uno de los primeros cambios que decidimos emprender tras esa crisis fue remodelar la casa:
- Le pedimos a los propietarios que nos vaciaran parte de los muebles para tener más espacio
- Pintamos de colores neutros y relajantes todas las paredes
- Cambiamos todos los enchufes e interruptores para no tener que usar adaptadores
- Arreglamos un par de persianas que llevaban años (¡años!) rotas
- Conseguimos una rebaja en el alquiler
Habíamos sido muy descuidados con nuestra casa, al igual que con nuestra relación.
Con el paso del tiempo, he comprendido que el piso mostraba nuestro interior.
Llegamos a él arrastrando problemas antiguos y traumas infantiles que nos restaban luz. Y, ahora, tras un proceso de autoconocimiento por ambas partes, hemos encontrado nuestra armonía y bienestar personal.
Esa renovación interior afectó a todos los niveles: la pareja, la casa y nuestros trabajos cambiaron.
En este artículo, voy a explicarte las 3 claves que me ayudaron en mi autoconocimiento y crearon un espacio de armonía en mí.
Pero, antes de pasar a ellas, quiero explicarte qué es la terapia de movimiento, ya que ha sido la herramienta que me ha permitido adentrarme en mí misma para traspasar mis sombras hasta llegar a mi luz.
La terapia de movimiento es un conjunto de técnicas corporales que te permiten adentrarte en las tensiones y sensaciones de tu cuerpo para que descubras la emoción escondida que hay en ellas.
Al conectar con los sentimientos que has callado durante mucho tiempo, puedes aprender a gestionarlos para que no sigan afectándote ni en tu vida diaria, ni en tu cuerpo a través de dolores.
Gracias a la terapia de movimiento y la escritura, pude desarrollar estas tres claves para aumentar mi armonía y bienestar.
Paso 1. Crear armonía entre lo que hay arriba y abajo
Para la sociedad occidental lo importante es la razón y las ideas frente a la intuición y los sentimientos, que se consideran “poco válidos” o “demasiado maleables”. Está centrada en la cabeza.
Simbólicamente, la razón está en la mente. Mientras que las emociones puedes encontrarlas en el cuerpo.
Por eso, utilizando las técnicas de la terapia de movimiento y entrando en contacto con tus sensaciones corporales, aparecen los sentimientos que en algún momento escondiste o reprimiste, quizás consciente o no.
Algunas personas creen que lo mejor es guiarse por la lógica, mientras que otros apuntan que la intuición es lo mejor.
Por mi parte, afirmo que ni la mente ni el cuerpo son los malos de la película. Al contrario, ambos tienen una función en la vida, por lo que es necesario comprender sus características.
Toma como ejemplo un árbol. En él, las raíces sirven para que pueda sujetarse al suelo y para nutrirse; en cambio, la copa, con las hojas, puede hacer la fotosíntesis. Ambas partes son necesarias, sin ellas, toda planta, y el árbol, no podría subsistir.
Lo mismo ocurre con el cuerpo humano.
La mente nos permite razonar, imaginar y hablar. Mientras que el cuerpo nos permite sentir y entrar en contacto con el momento presente.
Además, entre ellos, debe haber cierta conexión y equilibrio. Cuando la hay, por ejemplo, tus ideas pueden dejarse guiar por los presentimientos.
Como te he comentado al principio, a nuestra sociedad le falta cuerpo. Y, para conseguirlo, te recomiendo un ejercicio de terapia de movimiento. Se llama enraizamiento.
Con esta actividad, sintonizarás con el presente a través de tus sensaciones corporales y alejarás pensamientos confusos.
Para practicar el enraizamiento, tienes que colocarte en esta posición.
Paso 2. Decir sí a todas las emociones
Tanto si estás acostumbras a sentir el cuerpo como si no, puede ser que tengas una dificultad: las emociones difíciles no te gustan.
No quieres sentir la rabia, el miedo o la tristeza.
A muchas personas les pasa. Por este motivo, las calificamos como negativas y creemos que hay que controlarlas.
Sin embargo, como te he comentado, cuando conectas con tus percepciones corporales, todos los sentimientos reaparecen.
Ante eso, hay que aprender a darles un lugar dentro de ti. Hay que sentirlas y vivirlas tal como salgan.
De esta forma, entiendes cuál es el mensaje que han venido a traerte y, a partir de ahí, puedes aprender a gestionarlas.
Las emociones no existen para hacértelo pasar mal. Al contrario, en realidad, ellas quieren que entiendas qué es lo que te funciona y lo que no, lo que debes mantener o lo que debes cambiar.
Por ejemplo, la rabia sirve para marcar tus límites.
Cuando algo te enfada, significa que una situación o persona han traspasado tu territorio (metafóricamente hablando). Por eso, ella te da la energía que necesitas para defenderte.
Paso 3. Relajarse en un espacio seguro
La armonía y el bienestar no pueden crearse si hay tensión, porque no tienen lugar para ello. Y la mayoría de personas acumulan rigidez en uno de los siguientes 5 niveles:
- Nivel muscular: es la presión que se centra en los músculos esqueléticos del cuerpo, que controlas conscientemente. Por ejemplo, el dolor en la espalda.
- Nivel autónomo: es el estrés que se genera en el sistema nervioso autónomo, que controla las funciones automáticas del cuerpo. Las señales de tensión aquí son la respiración acelerada o deprimida y la taquicardia.
- Nivel emocional: cuando te cuesta aceptar e integrar todos tus sentimientos, hay desequilibrio aquí. La ansiedad o la depresión son muestras de dificultades en la gestión de las emociones.
- Nivel mental: si los pensamientos revolotean por tu cabeza constantemente o te cuesta concentrarte, necesitas relajar tus razonamientos.
- Nivel espiritual: si no le encuentras el sentido a la vida, puede ser que necesites revisar lo que ocurre en este nivel.
Para poder relajar la tensión, son muy útiles los ejercicios de relajación.
Ahora bien, sin un lugar adecuado y seguro, no podrás conseguirlo. Por ejemplo, si intentas practicar cualquier actividad que te propongo en este artículo mientras tus hijos están mirando Bob Esponja a toda pastilla o mientras tu pareja toca la batería a tu lado, es posible que te cueste concentrarte.
Ante eso, necesitas un espacio en el que permanecer, sin interrupciones, cuando lo desees. Necesitas un espacio cómodo y seguro.
Como diría Montserrat, un espacio Feng Shui.
En mi caso, cuando Miguel y yo nos mudamos a Sant Celoni, aparte de las buenas vistas, buscamos un piso de 3 habitaciones. Tenemos un dormitorio compartido y un estudio para cada uno.
Sin embargo, sé que no en todas las casas se puede disfrutar de ese privilegio.
Si ese es tu caso, te propongo que busques una habitación o un espacio en el que puedas crear cierta intimidad. Por ejemplo, puedes poner un biombo o unas cortinas en algún lugar estratégico.
Además, para crear mayor conexión emocional, si lo deseas, puedes colocar ahí un altar con elementos que te inspiren.
Crea armonía y bienestar en ti mediante el autoconocimiento
La armonía y el bienestar pueden conseguirse de formas muy diversas. Por ejemplo, a través del Feng Shui, tal como te plantea Montserrat en esta web.
Si, además, miras dentro de ti y te adentras en el apasionante viaje del autoconocimiento, tal como te propongo, el resultado final puede ser mayor.
En mi caso, conocerme a mí misma ha transformado por completo mi vida. Antes, era una persona deprimida y ansiosa. Todas las pequeñas dificultades me parecían grandes hecatombes.
Ahora puedo disfrutar de mi vida tal como deseo. Y, cuando se presentan pequeños obstáculos en el camino, ya no sufro por ellos. He aprendido a preguntarme qué es lo que esas situaciones han venido a decirme.
Al principio, este camino puede resultar difícil, ya que no tienes las herramientas necesarias para emprenderlo. A mí me pasó lo mismo.
Sin embargo, cuando conecté con mi cuerpo, vi que todas las respuestas estaban en él. No tenía que saber nada, porque él lo sabe todo.
Si a ti te apetece iniciar o continuar este viaje a través del cuerpo para encontrar tu armonía y bienestar interno, suscríbete a mi página web. Al hacerlo, te regalaré el curso Primeros pasos para escuchar tu cuerpo.
Ahora te toca a ti.
¿Crees que hay suficiente armonía y bienestar en tu vida? ¿Cómo encuentras lo que buscas en tu día a día? Compártelo en los comentarios para que podamos aprender de tu experiencia.
22 comentarios
muy interesante, nos deberíamos evaluar constantemente en que estamos fallando, los cambios por lo general son positivos pero me hubiera gustado que hubieras subido fotos de como te quedo la casa después del nuevo cambio.
Ami me encanta tener tranquilidad en la casa pero todavía me falta mejorar mucho ya que mi cuerpo lo refleja con los dolores que siento, estoy totalmente de acuerdo con tu comentario y en este momento estoy tratando de cambiar mi estilo de vida.
Gracias Carol. Busca el lugar adecuado en casa para relajarte y adelante con este cambio de estilo de vida!
Muy buen artículo muchas gracias Me gustaría agradecérle
hola que lindo lo que leo de ustedes, me encanta en serio, en mi casa hice cambios, comence por salir del cuarto de mis bebes y por ahi ya la relación con mi esposo comenzo a mejorar, al resto de la casa le voy despacito, no tenemos mucho presupuesto para hacer todo lo que necesitamos, voy a susbcribirme a Nuria, necesito conocer mi cuerpo y lo que el necesita para estar en sintonia, gracias a las dos por estar y compartir sus experiencias para la mejoria de nosotros los necesitados de una mano amiga, gracias nuevamente, saludos annia
Muy interesante no sabia que el dolor nos quiere decir algo pero no sabemos entenderlo? Gracias
Exacto, el cuerpo nos habla. Tenemos que aprender a escucharlo 😉 ¡Un saludo!
Gracias Montserrat por permitirnos conocer a Nuria, y gracias a Nuria por tú articulo tan interesante y por compartir tus conocimientos.
Dios te bendiga y colme de más sabiduría.
Cariños,
Belkys Mota
¡Hola Belkys! Gracias a ti por leernos. Un saludo.
Feliz y bendecido día excelente artículo así como todo lo que publica Montserrat que me ayudado mucho en cuanto a crear armonía en mi casa, me falta mucho que hacer y que aprender,yo hacía yoga y me sentía muy bien, creo que esto se asemeja aunque con otras cosas y creo plenamente en que todo lo creamos nosotros mismos y en la medida que tengamos bienestar irradiamos a todos nuestros semejante esa energía y atraemos todo también. Muchas gracias bendiciones para ustedes.
Excelente articulo. Un buen llamado a reflexionar y mirar desde dentro hacia nuestro alrededor.
¡Hola, Cecilia!
Gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado el artículo. Si el artículo ha movido algo en ti, te animo a que te adentres en tu interior para descubrir tus tesoros.
Un abrazo!
Hola, muy interesante el artículo.Es cierto, creo firmemente en que el cuerpo nos habla y nos envia mensajes a través del dolor, pero yo todavía no he sido capaz de interpretar con claridad esos mensajes. Seguiré prácticando.
¡Hola, Pepa!
Gracias por comentar tu experiencia. Reconocer los mensajes del cuerpo, requiere tiempo y práctica. Es necesario aprenderlo, ya que nadie nos lo ha enseñado nunca. Y, como todos los procesos de aprendizaje, es importante permitirse ir más lentas de lo que nos gustaría.
Te animo a que sigas practicando. Ya verás que, dentro de un tiempo, recogerás los frutos 🙂
Te abrazo.
Es cierto, el cuerpo nos indica que es lo que no va tan bien. En ocasiones, no le préstamos atención, o no queremos darnos cuenta de lo que nos está diciendo.
¡Hola, Isabel María!
Gracias por tu mensaje 🙂
Sí, tienes toda la razón, nadie nos enseñó que el cuerpo podía ofrecernos grandes conocimientos sobre nosotras mismas. La parte positiva es que todavía estamos a tiempo de aprender a escucharlo.
Te abrazo.
Es muy cierto el cuerpo nos habla hay que aprender a escucharlo
Muchas gracias por tu informe me encantó
.
A veces me cuesta reproducir los videos cuando no estoy conectada en vivo pero me gusta mucho escucharte los videos son siempre muy interesantes y aprendo un montón .
Muchas gracias Montse
Un abrazo grande María Cristina Bilbao
¡Hola, María Cristina!
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado el artículo 🙂
Te animo a que lo lleves a la práctica en la medida que puedas/quieras.
Te abrazo.
Es muy interesante, el cuerpo nos habla, pero a veces no lo entendemos, muchas gracias por este artículo, tan interesante como todos los tuyos .
Gracias Majose. Yo practico la escucha a mi cuerpo desde hace mucho tiempo: al principio no tenía ni idea de qué me decía, pero la práctica hace al maestro. Poco a poco se consigue entender. Una cosa que me sirve a mí es preguntarme ¿y porqué me duele hoy «tal cosa»? Te puede sorprender que si estás abierta a respuestas, salen. Un saludito!
¡Hola, Montse!
Muchas gracias por compartir este artículo en tu blog. Para mí, ha sido un honor escribirlo.
Estoy de acuerdo con que, si estás abierta a las preguntas, salen.
Otra pregunta muy interesante para descubrir qué está expresando ese dolor es: ¿qué me impide o me obliga a hacer este dolor?
De esta forma, puedes descubrir la función que tiene ese dolor en este momento de tu vida, cosa que te dará muchas pistas sobre su significado.
Te abrazo.
Sí! Estoy totalmente de acuerdo. Gracias por este consejo. Un abrazo.
¡Hola, Majose!
Gracias por tu comentario. Me alegra que el artículo te haya parecido interesante. Si te apetece, trata de probar alguno de los ejercicios que recomiendo para ver si te resulta más fácil entender qué está diciendo tu cuerpo sobre ti misma.
Te abrazo!